ENSOÑAR/En la cultura incaica la práctica del ritual de la Capacocha consistía en que niños elegidos y enviados desde el Cuzco eran enterrados vivos en sitios especiales del imperio con el fin de “ensoñar” el lugar, es decir, desde su estado “viviente” en un espacio extraordinario, dotarlo de un sentido que estructura su existencia y desarrollo. Ahora, ¿quién “ensueña” a Buenos Aires?